Se trata de un pintoresco lugar donde la erosión del agua y el viento han dado lugar a unas formaciones rocosas peculiares, en un entorno rodeado de pinares.
El itinerario es fácil y está bien señalizado.
Cada forma peculiar tiene un cartel informativo con su nombre correspondiente para poderlo identificar con el uso de la imaginación, si ya con la vistano lo hemos hecho previamente.
Así, entre las formas más representativas encontraremos El Tormo Alto de 20 metros, emblema de la Ciudad. Los barcos. Tres enormes moles de piedra. El perro, asemeja un fox terrier. Cara del hombre, Puente romano, Arco, La foca, haciendo juegos malabares con su hocico. Los Osos. El tobogán, estrecho y largo callejón rocoso de varios desniveles. El mar de piedra, extensa superficie rocosa con formas que simulan olas del mar. Lucha del Elefante y el Cocodrilo. El Hipopótamo. El Convento. Los Hongos, enormes bloques de piedra asemejan hongos gigantes. El Teatro. La Tortuga. Los Amantes de Teruel. Todas y cada una de ellas no dejarán de sorprenderle, en un agradable paseo con un entorno «mágico».
El recorrido es de unos 3 kilómetros, careciendo de dificultades e ideal para ir en familia.